El mobbing o acoso laboral se suele producir cuando una nueva persona entra en la empresa y crea ciertas reticencias por parte de uno o varios compañeros de trabajo. En ocasiones se puede presentar más tarde por alguna razón.
Puede suceder porque la persona no cae bien, porque se ve en peligro su puesto o por cualquier otra razón. La mejor manera de prevenir esto es crear una buena política de reclutamiento de personal en que a cada persona se le muestre la empresa y sus compañeros, además de hacer una buena política de comunicación interna en que se despeje cualquier posible reticencia existente sobre otras personas.
Una buena idea es fomentar el trabajo en equipo, pero más la colaboración que la competitividad, la colaboración de las personas que forman parte de la empresa para objetivos comunes (además de los individuales). Además, preocuparse por mantener un buen clima laboral sin tensiones evitará que se produzca acoso por tensión en el lugar de trabajo.
Pero además, para poder evitar estas situaciones hay que estar al tanto de lo que pasa en la empresa, controlar que nada malo está pasando. Si se detecta alguna situación de acoso hay que pararla cuanto antes, ya que no hacerlo puede causar daños (en ocasiones irreversibles) en quien lo padece y una baja del rendimiento laboral. Si se aprecia un bajo rendimiento o malestar de un trabajador hay que indagar en qué le pasa, aunque no tenga relación con el acoso laboral, y ofrecerle ayuda.
Hablar con el acosador puede ser lo más complejo para la empresa, y para la víctima, y por ello se ha de hacer con el máximo tacto y conocer las razones por las que lo hace. Es bueno conocer qué hacer en estas situaciones para poder llevarlas de la mejor forma. No es nada fácil, pero hay que hacerlo, y quizá esto ayudará a todas las partes implicadas.