Las discusiones que copan estos días las tertulias radiofónicas y las páginas de los medios son sobre la ausencia del presidente Mariano Rajoy en los debates que se han llevado a cabo y se realizarán durante la campaña electoral.
Más allá de si el presidente "debería" estar en dichos debates, desde un punto de vista estríctamente de la comunicación parece que su estrategia le está resultando efectiva por cobertura en cuanto a audiencia y por no haber perdido el control de su discurso.
Si bien, desde hace meses las encuestas están indicando que el PP no refrendaría la mayoría absoluta, la estrategia del equipo de Rajoy parece asumirlo y enfocarse en "ganar a los puntos", es decir, en número de votos y escaños, modulando el mensaje al máximo en cuanto a los temas, los formatos y los tiempos de su campaña.
Eso se deduce de la evolución de:
- Evolución de las encuestas
- Audiencia de los programas en los que ha participado Rajoy como candidato
Aunque haya algunos expertos que quieren sobreponderar la importancia de las redes sociales en la decisión del voto de todo el país, lo que quieren obviar es que España tiene una población cuya principal fuente de información y de opinión es la televisión, independientemente de que su perfil sociodemográfico sigue envejeciendo, lo que las hace más conservadoras frente a las nuevas alternativas políticas.
La comunicación digital puede mover a sectores de la población urbanos y jóvenes, quienes se podrían movilizar ante un exabrupto de Rajoy, pero que parece que el presidente-candidato no les va a dar razón para ello.
Se verá si la decisión de incluir a la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría ha sido acertada, aunque, de entrada, éste movimiento táctico permitirá reducir aún más la posibilidad de un error de Rajoy.