Estudios demoscópicos recientes indican un vuelco electoral en España en el que la fuerza política "Podemos" parece auparse a la primera posición política en el país, por encima del PP y del PSOE, los dos partidos que han estado gobernando en las últimas tres décadas.
La reacción de los portavoces de "Podemos" ante esta situación inédita es de cautela, de no mostrar demasiada prisa, pero de manifestar ambición para conseguir el poder en las próximas elecciones.
Mientras que los partidos mayoritarios están inmersos en escándalos de corrupción y formaciones más pequeñas no han logrado entusiasmar al electorado, la participación de los portavoces de la formación de Pablo Iglesias parece obedecer a una estrategia de comunicación con las siguientes características:
- No participar en demasía en el debate mediático de temas en los que no se percibe un posible rédito político, por ejemplo, en el tema de la gestión del Ébola. Se trata de escoger los debates y de no empujar en aquellos en los que todos los que estaban participando salieron escaldados.
- Mantener la participación en el resto de los temas y atender a todos los medios de comunicación, independientemente de su posición con respecto a la formación política.
- No dar por sentada la percepción de dominancia que pronostican las encuestas para no desmovilizar a su posible electorado.
- Matizar su discurso con respecto a temas programáticos en donde se les puede atacar, como el caso del pago de la deuda.
- No descuidar el uso intensivo de las redes sociales, en donde el resto de los partidos aún no tienen una estrategia clara.
El PP parecía haber recuperado la iniciativa política con los cambios en su posición con respecto al aborto y el cambio en positivo de la gestión del ébola, mientras que el PSOE esperaba un repunte gracias a la aparición de un nuevo líder. La corrupción y la mala gestión les han robado el dominio de sus agendas mediáticas.
Mientras tanto, la combinación de elementos en la estrategia política y la de comunicación de "Podemos" se ha mostrado eficaz.
Sin la presión y el desgaste del poder, escogiendo los focos bajos los que ponerse, el partido está ganando tiempo para realizar los ajustes programáticos y discursivos que considere necesario, teniendo todo bajo control hasta el momento, aunque aún faltan muchos meses hasta las próximas elecciones.