La tragedia humana ocasionada por la diáspora de refugiados de distintos puntos de Africa y Asia rumbo a Europa nos está dejando imágenes desoladoras e impactantes.
Los medios de comunicación han optado por publicar algunas de las fotos más terribles que han conseguido remover la conciencia de millones de personas.
Si bien existe una discusión entre la conveniencia o no de hacer públicas algunas imágenes, por su crudeza y carácter descarnado, lo que habría que pensar es si éstas realmente tienen valor informativo o si sólo buscan el sensacionalismo.
A nivel de relaciones públicas, las imágenes pueden ser un arma de presión contra el gobierno para que realice una política más activa con los refugiados o para solicitar apoyo por parte de las ONGs que atienden a los parias sobre el terreno.
Pero más allá de todo esto, está la necesidad de la sociedad de estar informada y el papel de los medios como intermediario con este fin.
En momentos como éstos es cuando entra el valor la curación de contenidos y las decisiones editoriales acertadas de profesionales de la información.