El absurdo y condenable golpe a Mariano Rajoy en Pontevedra ha trastocado las últimas 48 horas de la campaña electoral que se cerrará el 20D.
Sin duda, se trata de una crisis que ha venido a cambiar el esquema de comunicación para la recta final de la contienda que se antoja cerradísima y en la que candidatos y medios tendrán que, por lo menos hoy, hacer y recoger, respectivamente, declaraciones de condena contra la agresión al primer mandatario.
Cualquier comentario o declaración diferente se entenderá como una deslealtad que será reprochable.
Sin duda, el efecto que eso haya podido causar en el ánimo de la gente no se verá sino hasta el mismo día de la elección.