Hay personas, empresas y profesionales que piensan que no necesitan protegerse en las redes sociales. En realidad, desconocen los peligros que se encuentran en ellas.
Uno de los principales problemas se encuentra en la seguridad de los datos que en ellos se contienen; y también en el compartir datos, imágenes o cualquier otra cosa que pueda perjudicar posteriormente. Sabemos que hay personas que beben los fines de semana, pero muchas empresas no hacen negocios o contratan a personas a quienes han visto en las imágenes de la última borrachera del fin de semana pasado. Hay que tener cuidado a la hora de qué información se comparte y con quién. Para ello, es bueno mirar las opciones de seguridad de la red social.
Aunque en las redes sociales, y especialmente páginas, es mejor tener una mayor cantidad de fans o seguidores, hay que controlar también los que se aceptan como amigos.
A la hora de ir a algún enlace, hay que comprobar de qué se trata. En caso de no estar seguro es mejor no hacer clic, y si en todo caso para servicios conocidos se debe escribir la dirección directamente en el explorador.
Hay mucho spam y phishing en las redes sociales, al igual que en todo internet, así que se debe controlar muy bien qué es lo que se hace en ellas y desconfiar cuando algo no es de confianza. A veces se crean aplicaciones con el único objetivo de recoger los datos de las personas, entrar en su ordenador e incluso conseguir hacer pagos en su nombre.
No conviene conectarse a las redes sociales desde sitios públicos, y de ser así hay que cerrar la sesión antes de salir.