Jaron Lanier (en la imagen) hace una reflexión sobre el futuro que nos espera a los creadores de contenidos, y esto nos impacta directamente a quienes hacemos labores de comunicación empresarial y community management.
La idea que propone es simple, pero poderosa:
A todos los que crean contenidos y los vuelcan a internet, las grandes empresas deberían pagarles.
Se refiere a que bloggers, twitters, youtubers y en sí todas las personas, con lo que sea que produzcan (textos, fotos, diseños o vídeos), reciban una compensación que puede variar en función de qué tan popular llegue a ser, pero que cualquiera que creara algo y lo compartiera en internet debería recibir un pago.
¿Pero esto ya pasa con adsense, no? ¿Ya hay youtubers que ganan miles y hasta millones de euros, no?
La respuesta es sí, pero que hay muchas, muchísimas más personas que, en conjunto, generan más tráfico a las startups de internet, quienes, con los datos que recogen y comercializan a propios y a terceros, se han convertido en empresas milmillonarias en unos pocos años.
La mala noticia es que Jaron cree que, incluso si esto pasara, las personas que podrían ganarse la vida de los contenidos que generan serán muy pocas, por lo que periodistas, músicos y otros creadores que hoy conforman la clase media acabarán desapareciendo.
En España, una práctica que se ha venido haciendo más común a raíz de la crisis económica puede que nos esté enseñando el camino. Pagar por publicar. lo que se entendería por publicidad, se pasa ahora por contenido editorial.
Esto tampoco es nuevo y hay quienes esperan que los medios que sobrevivan a la crisis y los que surjan, sobre todo digitales, van a cambiar su política para ser más libres. Lo que indica Lanier es que, incluso si esto ocurriera, la proliferación de contenidos reducirá su precio y hará inviables a muchos medios de comunicación.
Y sin medios, ¿a dónde dirigiríamos nuestras comunicación las agencias de relaciones públicas?
También hay otra alternativa que no plantea del todo Lanier, pero que habría que considerar, y es que la gestión de los contenidos podría automatizarse para generar un rendimiento más óptimo en cuanto a alcance y engagement.
Es decir, que la labor de curación de contenidos que se realiza para empresas e instituciones desde las agencias digitales también tendrían sus días contados. Esto ya sucede con empresas de publicidad, las que, mediante aplicaciones específicas, van optimizando una campaña de Facebook Ads para sacar el mayor rendimiento al presupuesto publicitario de sus clientes.
Así las cosas, hay que reinventarse en la profesión, incluso desde la escuela, para que no seamos o enseñemos a generaciones perdidas.