Ya está aquí 2015, en el que se van a celebrar en España varias justas electorales de resultado incierto y que seguramente sorprenderán a propios y extraños.
Hacer predicciones es fácil y las más de las veces resulta gratis. Incluso si eres economista del FMI, el BCE o los ministerios de economía de cualquier país.
Bromas aparte, lo que ya está sucediendo es un movimiento en el tablero político que avisa sobre el final del bipartidismo y la deriva de España hacia una italianización que, tal y como se ha visto en los últimos años, no conviene a nadie.
Craso error de los partidos tradicionales pensar que su capacidad de convencimiento tiene que centrarse en el año electoral.
Si bien, la gente se siente cada vez más desencantada de la política y su participación en las elecciones no está asegurada, lo que es verdad es que la acumulación de noticias de impacto negativo en las imágenes de la mayoría de los partidos políticos pueden tener un efecto dinamizador para las fuerzas políticas emergentes, pero, a su vez, esta movilización pueden hacer despertar a las huestes de los partidos tradicionales.
No se trata pues de una apuesta clara y mucho menos sencilla.
Y en este sentido la comunicación va a jugar un papel muy relevante y la capacidad de reacción de los partidos será determinante.
- PP - Durante 2014 se tomaron varias decisiones a nivel de inversiones e impositivas que intentarán llevar a los hechos las palabras de sus líderes en el sentido que la recuperación ya ha llegado y que han sido ellos, con sus decisiones, quienes han sacado al país de la crisis.
En contra tienen el trasiego de imputados en los diversos casos que están abiertos y que han acabado con las carreras políticas de destacados militantes del pasado y, lo que es peor, de los que están en activo.
-PSOE - Su desdibujamiento como la única opción viable de izquierda se acentuará al no poder hablar de ningún tema relevante: ni de una supuesta recuperación económica, ni de limpieza entre sus filas, ni de regeneración generacional (la llegada de Pedro Sánchez parece que no ha llegado a calar en el electorado ), ni de unidad (cuando Andalucía no da claramente su apoyo al nuevo líder).
Un gran problema para el PSOE es que ahora se le pondrá contra las cuerdas en varias comunidades, al verse obligado a decidir pactar para formar gobiernos o decidir seguir estando en la oposición. En ambos casos, la decisión que tome (ir con el PP o alinearse a la izquierda) los situará también para las elecciones generales.
-IU - La llegada de Alberto Garzón se antoja tardía y la aceptación prematura de la posibilidad de pactos con otros partidos de izquierda harán pensar a los votantes que les habían dado su preferencia en si no convendrá ir a una opción con mayores posibilidades y con una ambición clara de llegar al poder y cambiar las cosas.
-UPyD - A pesar de haber demostrado una cierta coherencia a lo largo del año, las críticas internas a su líder les han restado enteros.
Como con el PSOE, el coqueteo del PP para pactar puede ser un dulce envenenado que, si lo rechazan, puede resultar en un desgobierno en distintas comunidades que acabe beneficiando al PP o a Podemos.
-Ciudadanos - Un partido que puede dar algunas sorpresas, aunque su carácter minoritario y tranquilo puede hacer que se diluya en medio de unas campañas claramente polarizadas.
-Partidos nacionalistas - Jugarán sus cartas para convocar elecciones en el momento que más convenga a sus intereses, aunque pareciera que lo harán después de las elecciones ya convocadas para comprobar el alcance real de Podemos.
-Podemos - La gran sorpresa de este año y la gran incógnita para 2015. Es el único partido que ha convocado a una movilización nacional en Enero y que ha seguido su actividad en esta época de vacaciones, aprovechando los huecos que los demás le han dejado. Su combinación estratégica en el uso de los medios y los recursos de internet ha sido acertado hasta ahora y tiene la ventaja de hacer cualquier tipo de declaración, ya que no tiene cola que le pisen y sus promesas generan expectación porque representan la alternativa y la ambición que otros partidos no han sido capaces de representar.
Lo que está claro es que los mensajes de unos y otros deberán pasar por una combinación de ingredientes comunicacionales que deberán reaccionar.
¿Vídeos en Youtube? ¿Twitter en altas dosis? ¿Videocomunicados? ¿Conferencias de prensa? ¿Actos electorales abiertos? ¿SEO y SEM? ¿Facebook Ads o carteles en paradas de metro/autobús? ¿Hangouts o incluso instragrams y pinterest?
No se trata de innovar per se, sino de utilizar las herramientas más adecuadas en cada momento de la campaña, dependiendo del candidato, del partido y de las circunstancias de sus oponentes y externas.