Las relaciones públicas son un actividad cuyos resultados se pueden ver en el corto, medio y largo plazo.
Cuando se dice que se necesitan resultados rápidos, depende de si hay una auténtica noticia que aquellos pueden darse.
Si lo que quiere es construirse una reputación, eso lleva tiempo, esfuerzo y dinero.
No se puede aspirar que una empresa, una marca o una persona se conviertan en líderes en su campo si no se tienen los tres ingredientes.
Pero lo que peor puede resultar para cualquier campaña de comunicación con un poco de ambición es interrumpirla cada cierto tiempo.
El problema es que se tiene que volver a empezar, pero con menor credibilidad ante los interlocutores. ¿Quién podría confiar en una persona/empresa/marca que hoy está, pero mañana quién sabe?
Por este motivo, hay que definir bien los objetivos y conocer las posibilidades para establecer qué campaña se puede hacer o, incluso, si es posible hacerla.