El trabajo flexible ayuda a los trabajadores a conciliar mejor su vida familiar y laboral e incrementa la productividad de los trabajadores, por lo que están claros sus beneficios para los trabajadores y empresas. Pese a esto, muchas empresas no están adaptadas ni preparadas para el trabajo flexible.
Pero para poder ofrecer la flexibilidad horaria y el trabajo flexible en el negocio, es necesario que los altos mandos estén preparados para esta nueva forma de trabajar al igual que los empleados sean conscientes de lo que esto conlleva. Se requiere planificar esta adaptación estudiando las necesidades de la compañía, compartiendo este estudio con los empleados para conocer sus impresiones e implementar el plan de la mejor forma posible y de manera gradual. Se deben establecer perfectamente las condiciones de trabajo y los límites de este nuevo modelo.
Una clave importante de la flexibilidad empresarial es la comunicación, y por tanto se ha de favorecer en la empresa dando la mayor información posible a los empleados así como dar las herramientas necesarias para fomentarla en “horario laboral” cuando no se está en la empresa, utilizando redes sociales, mensajería instantánea, teléfono o lo que sea necesario, incluso haciendo uso de las videollamadas, pero sólo cuando sea necesario.
Hay que dejar las reglas del juego bien claras, porque de lo contrario se podría llegar a una situación que no gusta; y sólo se debe utilizar un modo de trabajo flexible en caso de que todas las partes de la empresa estén preparadas para ello. A día de hoy puede ayudar a ganar ventaja competitiva, pero también hay que tener las cosas claras.