Otro de los medios de comunicación que está sufriendo por el creciente consumo de contenidos por internet es la televisión.
En EEUU, sobre todo con la llegada de Netflix, Youtube, Hulu, Amazon Prime, entre otros, se ha visto cómo el crecimiento y los beneficios de las cadenas abiertas y de cable están sufriendo contracciones y caídas.
Las malas previsiones actuales contrastan con el negocio boyante del pasado, ya que la contratación publicitaria es menor y los ingresos por suscripción también han bajado.
La reacción de las televisiones ante esta situación ha sido la de aumentar los espacios de publicidad e incrementar el precio de la suscripción, dos medidas que alejan aún más al público, quienes se desconectan de la TV de pago, algo casi impensable para los usuarios estadounidenses.
El efecto para los profesionales de las relaciones públicas es que el alcance y el impacto de los mensajes que se trasmiten por televisión será cada vez más limitado y débil. Quizás en el futuro, incluso haya cierres de TVs o menos contenido propio, lo que limitará aún más los soportes.
Primero, los medios impresos, ahora la televisión... ¿quién sigue?