España es un país en el que la política, como un auténtico tsunami, ha invadido por completo a los medios de comunicación. No se trata de que la política no sea importante o no merezca el espacio destacado que le otorgan los periodistas, sino que la cuestión es si realmente merecen todo el tiempo que se les otorga. ¿O es que no hay otras cosas relevantes en año electoral?
Para los profesionales de las relaciones públicas, encontrar un hueco en los telediarios es misión imposible y como los espacios de producción propia son tan escasos o tan ajenos a los temas, conseguir cobertura mediática para según qué clientes es algo doblemente complicado.
Fuera de nuestras fronteras, la irrupción de las marcas y de personajes del mundo corporativo en los medios es algo natural e incluso buscado por los propios periodistas.
Además, en televisiones de Estados Unidos, por ejemplo, asumen como algo normal el hecho de nombrar a una marca o a una empresa cuando está proponiendo un contenido de valor.
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