Por Asier Vázquez
En 1948, la Primera Asamblea Mundial de la Salud propuso que se estableciera un día para conmemorar la fundación de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Desde 1950, se viene celebrando cada 7 de abril, y todos los años se escoge para esa jornada un tema de salud pública específico a fin de destacar un área prioritaria de interés para la OMS y la comunidad internacional.
Concretamente, y con motivo del Día Mundial de la Salud 2011 que se celebra mañana, la OMS hará un llamamiento a la acción para detener la propagación de la resistencia a los antimicrobianos mediante la adopción por todos los países y los estamentos implicados de medidas de carácter político que tienen como objetivo luchar contra dicha resistencia, previniendo y contrarrestando así la aparición de microorganismos muy resistentes a dichos medicamentos. El problema de la resistencia a los antimicrobianos no es nuevo, pero se está volviendo cada vez más peligroso. Según la OMS, son necesarias actuaciones urgentes y unificadas a nivel global que eviten que regresemos a la era preantibiótica.
Vivimos una época de grandes avances médicos, que ha generado medicamentos fabulosos para tratar enfermedades que hace unas cuantas décadas, o incluso años en el caso del sida, eran mortales. Para el presente Día Mundial de la Salud, la OMS lanzará el mensaje de que es imprescindible proteger esos medicamentos para las futuras generaciones, porque la propagación mundial de la resistencia a los antimicrobianos supone una amenaza para la continuidad de la eficacia de muchos de ellos, y además puede hacer peligrar los grandes avances que se están consiguiendo contra algunas infecciones mortíferas.