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Relaciones públicas, marketing y política

Relaciones públicas, marketing y política... no siempre se llevan bien.

Esto es porque las carencias de una no pueden ser llenadas por las bondades de otra y la tolerancia para que esta descompensación acabe afectando la reputación y la imagen, amen de la viabilidad del programa que se quiera implementar, es cada vez menor.

El gobierno de Pedro Sánchez está haciendo muchas cosas a toda prisa y algunas no le están saliendo nada bien.

Es evidente que las críticas no iban a darle ni un día de tregua a un presidente surgido de una moción de censura que fue apoyada por un variopinto grupo de políticos de diferentes ideologías y posicionamientos. Sin embargo, algunos desplantes con un punto más de relaciones públicas y marketing, que de política no le han salido como estaba planeado.

Por ejemplo, los vídeos y las fotos del Presidente Sánchez haciendo ejercicio o jugando con su perro en los jardines de La Moncloa quizás querían ofrecer una imagen distinta de las caminatas enérgicas de su antecesor Mariano Rajoy.

También se han distribuido unas fotos de las manos de Sánchez que supuestamente denotaban "la determinación del gobierno" y unas imágenes en las que lleva unas gafas oscuras dentro de un avión.

Se antoja una cierta frivolidad en la estrategia para intentar marcar un estilo propio para Sánchez, sobre todo porque se hace sin un contexto y en las primeras semanas como inquilino de La Moncloa.

Relaciones públicas y marketing político... de autor

Mucho se ha hablado de la mano de Iván Redondo, consultor de comunicación política, en el éxito de Sánchez, que finalmente le ayudó a ganar la moción de censura y llegar así a la presidencia del gobierno español.

En un incomprensible intento por adecuar las formas y las acciones de comunicación de EEUU, que luego no son tan frecuentes como se piensan en España y otros países del mundo, se deja paso a que un consultor defina a un político y que los medios y parte de la sociedad más interesada en el intríngulis político lo sepan.

Por lo general, el lugar del consultar evoluciona.  Primero debe situarse al lado del candidato y, una vez en el poder, un par de pasos atrás del político.   

Esto se debe a que no es lo mismo estar en campaña, que tiene una duración determinada, que la implementación de las políticas que afectan a millones de ciudadanos y pueden tener efectos de largo alcance.

Sánchez es muy afecto a confundir esto, porque, en realidad, la única elección que ha ganado ha sido contra Susana Díaz y Patxi López, y ya como secretario general del PSOE realizó algunas acciones, como la llamada al programa "Sálvame" que dejaron a más de uno desconcertado o sintiendo que había otra manera de hacer las cosas.

En ese entonces se señaló a quien era su asesora de comunicación, quien optó por actividades un poco más convencionales de gabinete de prensa y no tanto por las acciones de marketing que están exponiendo, quizás innecesariamente, a un flamante presidente, no a un candidato.

Relaciones públicas, marketing y política pueden convivir perfectamente y hacerlo de manera orgánica y natural, porque forzarla y que quede de manera impostada puede sobrexponer innecesariamente a un político.  Y no, no es verdad que cualquier cobertura es buena, sino la que se quiere y deba tener en el marco de una estrategia global que depende del momento que se trate.  No es la misma la comunicación de un candidato, que la de un gobernante.